Chocolate para el corazón

Antioxidante, energético y bueno para la salud cardiovascular. El cacao, además de ser el alimento de los dioses, se ha convertido en un buen aliado para la salud, eso sí, en pequeñas dosis diarias –más cuando viene en forma de tabletas de chocolate (mejor del negro) de las que conviene no abusar. Con una onza al día es suficiente–. Estos fines curativos vienen a confirmar lo que las civilizaciones maya y azteca ya sabían.

De hecho, según el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC), se han registrado más de 100 usos medicinales del cacao y el chocolate, entre los que se encuentran tratamientos para el cansancio, la delgadez extrema, la fiebre, la angina y los problemas cardíacos, la anemia, la falta de aliento y los problemas renales e intestinales, pero «prácticamente no existía ningún dato científico adecuado que respaldara su eficacia en la prevención o el tratamiento de dichos trastornos».

Hoy en día ya existen numerosos datos que confirman el potencial antioxidante de los polifenoles del cacao –jugando un papel importante contra los radicales libres causantes de los procesos de envejecimiento– y, en lo que respecta a la salud cardiovascular e inflamación, se ha demostrado que el consumo de chocolate rico en flavonoides disminuye la presión arterial.

El motivo es que estos compuestos naturales tienen un efecto protector sobre la salud cardiovascular por inhibir la oxidación del colesterol LDL (o colesterol «malo») o regular el tono vascular o grado de constricción de los vasos sanguíneos, que contribuye a aumentar la presión arterial. Rico en grasas y azúcares, aporta mucha energía y se digiere muy bien, por lo que es muy aconsejable en las dietas de los deportistas. Además, su alto contenido en magnesio es esencial para la asimilación del calcio y de la vitamina C, importantes para la transmisión de los impulsos nerviosos y como equilibrador del sistema nervioso central.

Foto:www.pixmac.es

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