El envejecimiento se puede medir y controlar

El envejecimiento se puede medir y controlar

La oxidación que se genera por nuestra necesaria utilización del oxigeno produce el deterioro funcional que experimentamos con el paso del tiempo.

El exceso de radicales libres producidos por el obligado uso del oxigeno, es causa de múltiples patologías y del envejecimiento.

Los antioxidantes de nuestro organismo controlan el exceso de oxidación y evitan el estrés oxidativo (desequilibrio entre niveles de oxidantes y antioxidantes a favor de los primeros)

¿Se mide nuestra velocidad de envejecimiento?

Nuestro tiempo biológico no siempre coincide con el tiempo cronológico que miden los relojes.

No todos envejecemos a la misma velocidad. Nuestro genes influyen en un 25% pero el estilo de vida lo hace un 75%.

Tenemos un sistema neuro-inmuendocrino que nos permite mantener la salud y una adecuada respuesta al estrés.

Nuestro sistema inmune, que nos defiende de las infecciones y cánceres se deteriora con la edad. Recientes investigaciones han demostrado que este sitema es un excelente marcador del estado de salud, de la edad biológica y de la longevidad.

Los centenarios son el paradigma de envejecimiento satisfactorio. Parecen tener mejor adaptación a las agresiones internas y externas, en particular con respecto a lo que se refiere a su sistema inmune.

Con un análisis de sangre podemos conocer nuestra edad biológica valorando la funcionalidad de los leucocitos o células inmunes.

¿Es controlable la velocidad de envejecimiento y nuestro aspecto físico?

Actualmente podemos ayudar a nuestro organismo a conservar una buena salud y aspecto físico juvenil durante muchos años.

El aporte oral de antioxidantes, vitaminas y oligoelementos es beneficioso para hacer mas lento el envejecimiento.

Una adecuada nutrición, actividad física y mental y evitar hábitos nocivos nos ayuda a envejecer mas despacio.

Fotoenvejecimiento

En este envejecimiento prematuro de la piel debido principalmente a la acción de los Rayos UVA de la radiación solar, las fibras de colágenos y elastina, pierden elasticidad y flexibilidad.

La piel disminuye su tono, luminosidad, densidad y grosos, marcandose arrugas y manchas.

El aporte local de antioxidantes, vitaminas y factores de crecimiento estimulan la reparación de la estructura interna de la piel lo que se traduce en un mejor aspecto externo de la misma.

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