Aspirina para todo

Es el medicamento más usado en el mundo. Cada segundo, 2.500 personas se toman una. La aspirina. El ácido acetilsalicílico (AAS) si queremos ser más precisos, aunque Bayer ha conseguido que su producto supere con creces en popularidad a la composición química. Cuando el químico alemán Félix Hoffman logró sintetizar este ácido en 1897 a partir de la corteza del sauce, como ya hacían en la antigua Grecia, jamás hubiera pensado que su producto viajara a la Luna -lo incluyó la NASA en el botiquín del Apolo XI- o que sirviera para prevenir el cáncer de ovarios.

Un equipo de científicos del Centro de Investigación del Cáncer de Dinamarca ha determinado que las mujeres que más han tomado aspirinas a lo largo de su vida tienen menos riesgo de sufrir un cáncer de ovarios seroso. Una última aplicación de la aspirina que se une a las clásicas de analgésico, antiinflamatorio o antipirético. Y a otros estudios de la Universidad de Oxford que consideran que un vaso de leche y una aspirina por las noches reduce el riesgo de padecer cáncer y multiplica las propiedades beneficiosas del fármaco.

La investigación, dirigida por el profesor Peter Rothwell y publicado en la revista ‘The Lancet’, incide en que un poco de calcio podría prevenir el cáncer en personas de 45 a 50 años. Esto no quiere decir, según el investigador, que «todos los adultos sanos se lancen a tomar aspirinas aunque demuestren tener beneficios importantes».

El doctor Miguel Ángel Martínez también ve indicios muy positivos en tomar aspirinas para prevenir el cáncer, sobre todo el colorrectal. No obstante habrá que esperar todavía para ver con más claridad esta relación entre el consumo de aspirinas y un menor porcentaje de aparición de tumores. «Hay que estudiarlo con más detalle para que se puedan ver los beneficios», resalta este profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de Navarra.

Lo que sí está clara es la buena sintonía entre el AAS y el corazón. «Si personas con alto riesgo cardiovascular la toman en pequeñas dosis y en días alternos, les pueden evitar un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular», añade el galeno, aunque insiste en la necesidad -casi obligación- de acudir a un médico. «Las personas que tienen problemas gástricos, de reflujo gastroesofágico o problemas de hemorragias pueden tener consecuencias más graves por culpa de la prevención», apunta.

Prevención de la demencia

Proliferan los estudios que relacionan el uso habitual de la aspirina con un menor riersgo de padecer determinadas enfermedades. Así, una investigación realizada por el Hospital Universitario de Dinamarca concluye que ayuda a evitar el cáncer de piel, y otra asegura que contribuye a paliar el deterioro del cerebro femenino.

Esta última, llevada cabo por la Universidad de Gotemburgo (Suecia), se materializó en el seguimiento de 681 mujeres de entre 70 y 92 años que no padecían demencia. Las participantes tenían más de un 10% de riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular o un infarto, por lo que tomaban pequeñas dosis diarias de aspirina para prevenirlo. Un grupo de 129 mujeres tomaron dosis de entre 75 y 160 miligramos de aspirina y se comprobó que el declive cognitivo era menor. A pesar de estos indicios, el doctor Martínez y otros colegas insisten en hacer una llamada a la precaución porque todos los estudios son solo iniciáticos.

Pero si algo crece a la par que las investigaciones médicas, son los usos cotidianos de la aspirina. Y la expresión de que sirve para todo adquiere una mayor dimensión. Por ejemplo, en jardinería. Aumenta la vida de las flores. Muchos especialistas recomiendan poner una aspirina en el agua de unas rosas. También es buena para la eliminación de los hongos: regar la zona afectada con un litro de agua y una tableta de aspirinas disuelta acaba con la plaga. Si en vez de agua se mezcla con abono, también sirve de escudo para evitar que las raíces de las plantas nuevas se contaminen. Y puede servir como quitamanchas: la mezcla de aspirina y jugo de limón acaba con las manchas de nicotina, café y grasa.rañas. La recomendación es usar la píldora combinada en mujeres con migrañas sin aura, siempre que no tengan otros factores de riesgo cardiovascular.

Menopausia: aunque en los meses previos a la menopausia es habitual que la migraña empeore, más adelante suele remitir, e incluso desaparece en dos de cada tres pacientes. En las crisis de la perimenopausia, a algunas mujeres les resulta útil el uso de terapia hormonal sustitutiva (THS) aplicada por vía transdérmica o vaginal.

Foto: Photoxpress

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