Un detective en el supermercado

9788484607489El negocio de la industria alimentaria tiene la misma dinámica que cualquier otro tipo de negocio: hacer dinero y aumentar los beneficios más y más y si aquí no vamos a entrar en si esto es bueno de por sí o muy malo, sí tenemos que denunciar las nefastas consecuencias que esto está teniendo en nuestro modo de relacionarnos con la comida y de alimentarnos.

De todo esto trata el nuevo libro de Michael Pollan, ya conocido por algún que otro éxito editorial anterior como “The omnivore’s dilemma” (El dilema del omnívoro).

Aunque muy enfocado al contexto americano, sus tesis y explicaciones son fácilmente extrapolables a otras partes del mundo que llamamos desarrollado, como Europa.

¿Pandemia de gripe no sé qué?. Sólo hace falta dar una vuelta por la calle y contar, uno, dos, tres, etc., el número de personas obesas o con problemas de sobrepeso  con los que uno se topa. ¿Es esto normal?, ¿lo podemos admitir?, ¿o es que a causa de acostumbrarnos a nadie le llama ya la atención?.

Pues sí, las tres enfermedades mencionadas son relativamente nuevas entre nosotros. El abandono de hábitos tradicionales de alimentación, la presión de una industria alimentaria que continuamente nos dice qué debemos comer y qué no, la ignorancia general sobre cómo alimentarnos, etc.; un cóctel explosivo cuyo resultado ya conocemos de sobra.

Mucho de lo que consumimos hoy en día no es comida, sino «sustancias comestibles parecidas a la comida», que no proceden de la naturaleza sino de la ciencia. En la dieta occidental, la comida ha sido reemplazada por nutrientes, y el sentido común por la confusión. El resultado es lo que Michael Pollan llama la paradoja americana: cuanto más nos preocupamos por la nutrición, menos saludables estamos.